domingo, 29 de mayo de 2011

Regular y regular

Apenas abro el blog comienzo a ver constantemente la realidad cruelmente expuesta: los blog, dicen, se están muriendo. Soy nuevo en esto de tener  un blog. Buena noticia es que tengo chance de ser nuevo en muchas otras cosas. Por el momento soy nuevo en esto de tener un blog y ya han surgido algunas reflexiones sobre lo que es tener un blog, siempre a partir del hecho de que se están muriendo estos espacios.
Hay culpables, eso sí: las redes sociales han consumido gran parte de los lectores, o gran parte de su tiempo. Los momentos que antes se aprovechaban leyendo tal o cual cosa en otras páginas muchas veces se desperdicia con la expectativa de la actualización de tal o cual enlace, no importa si propio o ajeno, y entonces uno escribe para que no lo lea nadie. Para pasar desapercibido. Para ser visto por encima nada más. ¿Será tan malo eso? A lo mejor no, porque las cosas pasan y al parecer en esta época convulsa, acelerada y en pantalla plana, parece que las cosas pasan más que antes, entonces uno lo ve todo en su perfil de la red social en la que se acomodo y da la sensación de que todo eso le pasa a usted. Un poco de adrenalina por ahí. Pero yo no me quejo de que me ignoren, así es la Web: todos nos conocemos pero no nos saludamos, entonces me es fácil decir que es indiferente que me lean 2 a que me lean 10, porque ese es el rango de mi pequeño lugar en la blogosfera. Es muy fácil para mi decirlo. Tengo que comprender que los grandes blogs, los que eran leídos con avidez, tenían que publicar constantemente, a favor de una cofradía lectora que no les perdonaría ser abandonados, pero a los que nadie puede culpar por irse y no volver jamás. Yo no tengo ese problema, pero le tengo cariño a mi pequeño blog, porque un blog es más propio que un perfil de facebook y más sustancioso que una cuenta de correo electrónico. Dentro de un blog se puede armar discusión, dentro de un perfil de facebook se discute y se banaliza en un segundo. Un blog no le quita lo humano a uno, siempre que se haga con sinceridad, y de verdad creo que acá en este espacio se puede hacer amigos.
No quiero decir que este espacio sea un edén virtual, que sea el lugar donde todavía existe algo de pureza, pero sí me gustaría creer que los que seguimos acá es porque de verdad creemos en que se puede decir algo y que esto no estará condicionado a perecer ante la oleada de nueva información entre relevante e inútil. Tampoco quiero menospreciar lo que aparece y desaparece en esas redes, lo que pasa es que a veces cuando yo mismo publico algo en esos espacios siento que me menosprecio a mí mismo queriendo hacer una diferencia en algo que se basa en ver y olvidar y que de inmediato es útil y de inmediato ya no lo es.
En mi blog las cosas permanecen, no las pierdo yo, ni las pierde nadie. En otros lados las cosas se olvidan con enorme facilidad.
Muchos blogs han muerto últimamente, mientras el mío acaba de nacer, pero me gusta escribir, y además de eso ahora la gente me lee. Creo que eso está bien. Me gusta, me distrae y puede que distraiga a alguien más por un ratillo, lo suficiente.
Sí es una crítica a las redes sociales, una desde la perspectiva de alguien que también está dentro de ellas, pero que también puede decir algo sin mayor objetivo que ser tomado en cuenta de una manera distinta. Ojalá no se me mueran las ganas de escribir, de lograr decir algo mejor de lo que estoy diciendo ahora, algo sincero y mínimamente valioso. Quizá algo que pueda compartir y se pueda disfrutar. Ojalá así sea. Por lo pronto me prometo seguir escribiendo con regularidad y con regular calidad, que es a lo más que llego por ahora.
¿Será que la metáfora que adorna este mi blog nos servirá ahora?: Acá en blogger nos cubre un mismo techo, en las redes sociales nos devora un solo ojo y creemos que somos nosotros los que miramos.

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